Portada original de la primera edición |
Ficha técnica
Título: Trópico de Cáncer (Tropic of Cancer)
Autor: Henry Valentine Miller (26 de diciembre de 1891, Manhattan - 07 de junio de 1980, Los Ángeles)
Editorial: Obelisk Press
Lugar de publicación: París
Primera publicación: 1934
Páginas: 318
En la década de los 30, Henry Miller sorprendió al mundo con
Trópico de Cáncer, un libro
estremecedor, de carácter biográfico/ficcional, en el cual cuestionaba todos
los cánones de la literatura, el arte y la belleza de la época. Los primeros
años del siglo XX, especialmente en Europa, desde donde Miller escribe Trópico de Cáncer, estuvieron marcados
por la tensión entre los valores establecidos en el mundo artístico e
intelectual y las nuevas formas de expresión de las vanguardias (entre 1910 y
1930 son los años del dadaísmo, el surrealismo, el expresionismo y la abstracción).
Que en 1934 apareciera un libro de este matiz marcó un hito; había aparecido
una voz desafiante con suficiente fuerza para gritar en la cara del mundo que
todo lo que se había hecho hasta entonces en la cultura era falso.
¿Por dónde empezar para aclarar el sentido de estas
afirmaciones? Una reseña superficial de Trópico de Cáncer nos puede decir: es
un libro erótico. Pero habría que discutir la comprensión de lo erótico en
Miller para validar una afirmación así. Otros podrían decir: es un libro escatológico,
porque muestra todo lo sucio que hay en la sexualidad humana. En este caso habría
que cuestionar el concepto de suciedad. Más bien es un libro en el que aparece
la naturaleza humana sin tapujos, lo que implica que la sexualidad está
retratada de forma descarnada, sin las vanas cursilerías de lo romántico (lo
romanticón, entiéndase) o lo erótico.
Mujer desnuda recostada (1917) - Egon Schiele |
En las primeras páginas, ya el autor hace una declaración
contundente sobre el sentido de su obra:
“Este no es un libro. Es un libelo, una difamación. Este no es un libro,
en el sentido ordinario de la palabra. No; es un prolongado insulto, un
escupitajo arrojado a la cara del Arte, un puntapié en el trasero de Dios, del
Hombre, del Destino, del Tiempo, del Amor, de la Belleza… lo que quieran. Voy a
cantar para ustedes, tal vez algo fuera de tono, pero cantaré. Cantaré mientras
ustedes graznan, bailaré sobre su inmundo cadáver.
Para cantar es necesario abrir antes la boca. Hay que tener un par de
pulmones y algún conocimiento de música. No es necesario tener un acordeón ni
una guitarra. Lo esencial es querer cantar. Esto, pues, es un canto. Estoy
cantando”.
Se trata de un libro en el cual el cuerpo aparece en toda su
dimensión, sin que el autor intente difuminarlo apelando a la idealización o el
ocultamiento de su verdadera naturaleza. La carne, las secreciones, el vello
púbico, los genitales están insertados de manera omnipresente en la narración, como
lo están en la vida misma. Miller nos muestra todo aquello que decidimos
ignorar sin saber bien por qué, porque en el fondo nos han movido a pensar que
el cuerpo es algo sucio e indigno; algo que hay que ocultar y de lo que uno
mismo no puede disfrutar sin culpa. Por esta osadía del autor, la publicación
del libro en los Estados Unidos fue prohibida hasta la década de los 60 (30
años después de su publicación original en París). En 1961, la editorial Grove
Press se atrevió a publicar Trópico de
Cáncer, lo que ocasionó un juicio por pornografía,
que tuvo que ser zanjado finalmente por la Corte Suprema de Estados Unidos, la
cual declaró que el libro era no-obsceno,
y así dio paso al reconocimiento de la obra de Miller en su país.
Mujer desnuda arrodillándose (1915) - Egon Schiele |
“Estoy viviendo en la Villa Borghese. No hay una pizca de tierra en
ninguna parte, ni una silla fuera de su lugar. Estamos solos aquí, y estamos
muertos…
(…) Estamos en el otoño de mi segundo año en París. Fui enviado aquí
por una razón que aún no he podido descifrar.
No tengo dinero, ni recursos, ni esperanzas. Soy el hombre más feliz
del mundo. Hace un año, hace seis meses creía que era un artista. Ya no pienso
en ello. Yo soy. Todo lo que era
literatura me ha abandonado. Ya no hay más libros que escribir, a Dios
gracias”.
De esta forma sentenciosa y directa empieza Trópico de Cáncer. Desde el inicio tiene
el tono de una declaración y una protesta contra la falsedad de la vida. Nos
cuenta las peripecias del día a día de un escritor desempleado en París, que
asiste a todo lo que pasa como un espectador que no se hace ilusiones sobre el
porvenir. No tiene dinero, ni expectativas, acaso unos cuantos amigos a los que
les puede sacar algo de comida y con los que se entretiene de vez en cuando. Sobre
esta trama básica Miller logra montar una serie de reflexiones que nos van
revelando poco a poco el verdadero carácter del libro: se trata de una
constante revisión al absurdo de la vida humana.
En París, el narrador testifica sobre la decadencia y el
tono patético de la lucha incesante de los seres humanos por subsistir,
adquirir una posición social, encontrar el placer, el amor, etc. En medio de
todo, la sexualidad aparece como un eje de las reflexiones. Las experiencias
propias y aun ajenas, en cabeza de sus amigos (en especial el brillante
personaje Van Norden), sirven para canalizar el sentimiento de absurdo que el
libro quiere transmitir, a la vez que son una reivindicación de los instintos naturales
en todo ser humano, en una época de dura represión sexual en Europa y en el
mundo.
El abrazo (1917) - Egon Schiele |
En toda la narración el autor se muestra no sólo crítico con
los valores de su época, sino también muy hábil en la construcción de
personajes y situaciones ridículas que le revelan al lector que lo que se
piensa sobre la vida, el sexo, el amor, hace todo parte de la misma pantomima
de la vida civilizada. No hay mejor forma de ilustrarlo que a través de las
palabras de uno de los personajes que, a mi parecer, es el de construcción más
sólida e inquietante, el sátiro y algo misógino Van Norden:
“A veces me pongo incluso a contar, o empiezo a pensar en un problema
filosófico, pero no sirve de nada. Es como si fuera dos personas, y una de
ellas estuviese mirándome todo el tiempo. Me pongo tan furioso conmigo mismo,
que podría llegar a matarme… y en cierto modo eso es lo que hago siempre que
tengo un orgasmo. Por un segundo, me destruyo a mí mismo. En esos casos ni
siquiera hay un yo mío… no hay nada…
ni siquiera la gachí. Es como recibir la comunión”.
A continuación, cuando el narrador interroga a Van Norden
sobre la razón para que ande de mujer en mujer, y de prostituta en prostituta, este
le contesta con una profunda angustia:
“Quiero ser capaz de entregarme a una mujer (…) Pero para eso tiene que
ser mejor que yo; tiene que tener inteligencia, y no sólo un coño. Tiene que
hacerme creer que la necesito, que no puedo vivir sin ella. Encuéntrame una
gachí así, ¿quieres? Si pudieras hacerlo, te daría un empleo. En ese caso no me
importaría lo que ocurriera: no necesitaría un empleo ni amigos ni libros ni
nada. Simplemente con que pudiese hacerme creer que había algo más importante
en la tierra que yo. ¡Dios, cómo me odio! Pero todavía odio más a esas tías
asquerosas… porque ninguna de ellas vale nada”.
Baste con esta breve muestra para entender que se trata de
un libro único para su época, e inquietante por la intensidad con que retrata
la angustia existencial, la sexualidad, los placeres que se vuelven insípidos
en medio de las convenciones sociales, y muchos aspectos preocupantes de la
sociedad contemporánea que a cualquier persona consciente le darán en muchas
ocasiones la sensación de que estamos viviendo una vida falsa.
Composición: tres hombres desnudos (1910) - Egon Schiele |
* EGON SCHIELE
Nacimiento: 12 de junio de 1890; Tulln an der Donau, Austria
Fallecimiento: 31 de octubre de 1918; Viena, Austria
Movimiento: Expresionismo
Campo: Pintura
Técnicas: Óleo, acuarela, dibujo
Influencias: Gustav Klimt, Vincent van Gogh, Edvard Munch, Wassily Kandinsky
Reseña: Egon Schiele fue un pintor y grabador austríaco,
contemporáneo y discípulo de Gustav Klimt. Fue uno de los grandes artistas
figurativos de la época y uno de los máximos representantes del Expresionismo
austríaco. A pesar de su corta vida (murió a los 28 años), su obra es numerosa:
más de trescientas pinturas y miles de acuarelas y dibujos.
De Gustav Klimt adoptó algunos principios técnicos y
creativos, como la acentuación del dibujo en las líneas gruesas del cuerpo,
especialmente en los desnudos. Estos rasgos lo hicieron especialmente
influyente en el arte moderno que se gestaba a inicios del siglo XX. Fue
controversial por sus representaciones del cuerpo humano, ya que sus
composiciones son bastante sencillas, y el énfasis está puesto en la
musculatura distorsionada y en las
extremidades.
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