Ficha técnica
Título: Manuela
Autor: Eugenio Díaz Castro (Soacha, 5 de septiembre de 1803 - Bogotá, 11 de abril de 1865)
Editorial: Círculo de Lectores
Colección: Joyas de la Literatura Colombiana
Fecha de publicación: 1985
Páginas: 414
Sinopsis
En 1856, un par de años después de la Guerra Civil de 1854 y
de la revolución liberal protagonizada por el general José María Melo, entre
otros, un cachaco (o sea un bogotano bien ataviado) llegaba a una pequeña
parroquia o pueblo de tierra caliente a unas cuantas horas de Bogotá, que
quedaba cerca al municipio de Ambalema, pasando el Río Magdalena, que es la
principal arteria fluvial de Colombia.
Allí fue bien recibido por unas parroquianas que le sirvieron de
caseras: doña Patrocinio y su joven y hermosa hija, Manuela.
Este viajero llegó a lomo de mula, luego de haber recorrido
muchas leguas por trochas casi intransitables, con un indio que tenía por
criado, de nombre José Fitatá, y con su fiel sabueso, Ayacucho.
Su nombre era Demóstenes.
Era un liberal radical, culto e ilustrado; había viajado por Europa y
EE.UU. instruyéndose y aprendiendo los usos de la que él llamaba «La república
ideal». Volvió a tierras colombianas
para escribir en los periódicos capitalinos algunos artículos sobre las
costumbres de poblaciones pequeñas y rústicas, y para llevar a esos lugares la
luz de la civilización y ganar simpatizantes para sus posibles aspiraciones
políticas.
La parroquia, casi medio siglo después de la independencia
de la corona española que permitió la consolidación soberana de la República de
La Nueva Granada, era una clara muestra de los resabios coloniales que aún hoy
perviven en la República de Colombia: luchas de clases antagónicas (la cruenta
y eterna oposición entre ricos y pobres); corrupción en el manejo de las
instituciones políticas; violencia desmedida, usada como recurso para mantener
un determinado estatus…
Allí don Demóstenes ayudó a su servicial casera, Manuela, a
quien había cogido mucho cariño, a luchar contra los ardides de un perverso
gamonal que, pretendiendo defender los intereses del pueblo, dominaba todos los
asuntos públicos; controlaba el cabildo y a los jueces; además quería tener por
amantes a todas las jóvenes hermosas de la parroquia. A aquellos que se negaban a cumplir sus
designios les hacía la vida imposible, reduciéndolos a la muerte o al presidio. De esta manera, las acciones de este sujeto
–principal antagonista de esta historia– determinaron el final trágico que el
lector descubrirá…
Video explicativo del desarrollo de la guerra civil a partir del golpe de Estado de José María Melo
Infografía de las guerras civiles entre 1851 y 1862
El autor
José Eugenio Díaz Castro fue un escritor costumbrista,
nacido en Soacha, Cundinamarca, que vivió entre 1803 y 1865. Aunque la dedicación por la que se lo
recuerda es la de escritor y periodista, pues publicaba sus artículos sobre
costumbres en periódicos de Bogotá, también era un hombre de ruana y alpargatas,
que desempeñaba labores en el campo como propietario o mayordomo, pero no por
eso era pobre o poco ilustrado.
Su contexto sociopolítico es bien interesante, pues cuando
se dio la independencia en Colombia él entraba apenas en la adultez, y en toda
la etapa madura de su vida presenció la transición de la Gran Colombia (1819-1830)
hacia la República de La Nueva Granada (1830-1858) y luego hacia La
Confederación Granadina (1858-1863) y
los Estados Unidos de Colombia (1863-1886).
Como se ve, el transcurso de su vida se vio marcado por un
clima de constante cambio e inestabilidad de las instituciones políticas, en el
cual país no hallaba aún la forma de gobierno que le vendría mejor. Esta situación la supo plasmar en su novela
cumbre, Manuela, al relatar cómo ya
desde el periodo de la Nueva Granada el país se hallaba dividido políticamente
en dos partidos opuestos, conservador y liberal, que a su vez se subdividían en
facciones problemáticas, como las de los radicales o gólgotas, los
proteccionistas o draconianos, etcétera.
La obra
Esta novela es una obra importante dentro del género del
costumbrismo, pues logra plasmar, de forma divertida y crítica, algunos de los
rasgos consuetudinarios más relevantes de los pueblos del centro del país; pero
estos también se han irradiado a otros lugares, en especial dentro de la Región
Andina, que es desde donde escribo estas líneas.
En ese sentido, Manuela
es parte, junto con otras novelas escritas desde el siglo XIX hasta ahora, del
conjunto de obras literarias más importantes para entender las transformaciones
sociales, y también las regularidades y los comportamientos tipificados de un
pueblo tan rico en historia y tradición como el colombiano.
Por esta razón mi invitación a leer esta obra no se limita a
los colombianos que quieran indagar sobre la historia de nuestra nación desde
perspectivas diversas, sino que se hace extensiva a los lectores de todas las
nacionalidades que estén interesados en verificar las diferencias y semejanzas que
guarda la vida acá con la de sus propios países, en especial en el contexto
latinoamericano y poscolonial.
Para terminar, y para no agobiar al paciente lector con una
elucubración sin fin, recomendaré algunas obras adicionales que considero
pueden ser útiles para alcanzar una comprensión más o menos cabal de la vida en
estas regiones, aunque desde visiones siempre parciales. Son las siguientes: María, de Jorge Isaacs; De
Sobremesa, de José Asunción Silva; El
alférez real, de Eustaquio Palacios y La
Vorágine, de José Eustasio Rivera.
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