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domingo, 30 de diciembre de 2018

Reseña: Los Elegidos - Alfonso López Michelsen



Ficha técnica

Título: Los Elegidos
Autor: Alfonso López Michelsen (Bogotá, 30 de junio de 1913 - Bogotá, 11 de julio de 2007)
Editorial: Oveja Negra
Colección: Biblioteca de Literatura Colombiana
Fecha de publicación: 1985
Páginas: 227

“El pueblo, olvidado, seguía viviendo en la más absoluta miseria y los gobiernos no eran sino los instrumentos de la alta burguesía, cómplices involuntarios, a veces, y voluntarios en la mayoría de los casos, de la profunda desigualdad económica y social que retrasa el progreso colectivo en beneficio de unos pocos afortunados.” 

Entre las muchas funciones que puede cumplir la literatura, la crítica es una de las más importantes. A los problemas sociales se les puede dar un tratamiento literario que se sitúa en el estrecho límite entre la realidad y la ficción. Cada autor, a través de sus experiencias personales, sus lecturas en diferentes temas, su formación profesional o su postura ética, dota su obra de un potencial crítico muy particular. En las sociedades latinoamericanas, en concreto, hay algunos problemas sociales muy evidentes que pueden ser tratados críticamente desde perspectivas diversas, de acuerdo a la posición de enunciación del autor. 


Este libro trata frontalmente el tema de la desigualdad y la diferenciación de clases sociales. Se trata de un tema muy estudiado, pero que no pierde su vigencia en la literatura. Sin embargo, a través del tiempo las perspectivas desde las cuales se aborda el tema han cambiado bastante. No se pensaba igual en el siglo XIX sobre la desigualdad a como se pensaba en la segunda mitad del siglo XX. El avance de la historia ha permitido que pensadores de todo el mundo se formen un criterio cada vez más acertado sobre los verdaderos orígenes y el verdadero alcance de la desigualdad social, lo que a su vez ha hecho posible la enunciación de nuevos juicios y la creación de nuevas obras literarias que exploren aspectos de la desigualdad que no habían sido tratados antes.



En esta ocasión, lo que el autor intenta es hacer una crítica interna al fenómeno de la desigualdad, desde el punto de vista de un personaje que tiene acceso al mundo exclusivo y excluyente de la élite cultural y política de Colombia. Esta situación, de entrada, le brinda un gran potencial crítico, porque le permite al lector tener una mirada de primera mano, directa, sobre cómo funciona la exclusión social en una sociedad que, como la colombiana, tiene tantas similitudes estructurales con los demás países de América Latina. En este sentido, aunque se trate de un libro que hace parte de una colección de literatura colombiana, su potencial crítico se extiende a todas las sociedades latinoamericanas, debido a los rasgos comunes que compartimos en nuestra constitución intelectual, económica y, muy importante, espiritual. El autor le da bastante relevancia a la constitución espiritual y moral de la sociedad, e identifica que la formación predominantemente católica de estos pueblos ha generado problemas profundos en la forma de afrontar la vida en sociedad. 



El título del libro, «Los elegidos», hace explícito el objeto de la crítica: la élite, la clase social dominante, llena de privilegios económicos y culturales que les permite consolidar su posición de generación en generación, gracias a la exclusión del resto de la población de la riqueza material y espiritual del país. En este punto hay que aclarar que la posición desde la cual el autor formula su crítica es bastante singular, ya que Alfonso López Michelsen es precisamente un «elegido», es decir, un miembro de esa élite privilegiada que ha dirigido el destino del país durante dos siglos. Su padre, Alfonso López Pumarejo, fue dos veces Presidente de Colombia (1934-38; 1942-45), por lo cual su formación estuvo marcada por el disfrute de los privilegios que la pertenencia a la élite le garantizaron, como el acceso a una educación universitaria de alta calidad en el país y en el extranjero, de donde vuelve con una inmensa cultura y una tremenda agudeza crítica a enfrentarse a las crudas realidades del país. López Michelsen mismo fue Presidente de Colombia en 1974-78. Continuando con la tradición de la familia López, la sobrina de Michelsen, Clara López Obregón, fue candidata a la presidencia en el 2014 y ahora es candidata a la vicepresidencia en la fórmula de Humberto de La Calle. Es precisamente este periplo por la vida pública del país el que caracteriza a la clase de los «elegidos», y desde su pertenencia a esta clase es que López Michelsen formula una crítica sorprendente por su agudeza y su honestidad. Su condición de miembro de la élite no le impide ver con claridad la ignominia de que la élite ha sido y es responsable.



El recurso literario del que se vale el autor para formular una crítica objetiva es el del diario personal. El libro se compone de las reflexiones de un alemán emigrado a Colombia en la década de 1940 a causa de la Segunda Guerra Mundial. Este personaje se nos presenta como la negación radical de todo lo que el mundo hispano y católico representa. Se trata de un burgués de formación protestante, con algo de ascendencia judía, procediente de una familia de banqueros y prestamistas caídos en desgracia por el Régimen Nazi. Cuando se ve forzado a migrar de Europa y venir a estas latitudes se encuentra con un mundo radicalmente diferente a todo lo que había conocido en su infancia y juventud. Al introducir esta mirada externa en la novela, lo que el autor logra es desprenderse un poco de la responsabilidad de formular una crítica a los miembros de su clase desde su posición personal, lo que quizá le valdría un reproche, y convierte así al extranjero en el juez imparcial de las costumbres del país. Como se verá, por supuesto, su carácter imparcial es ficticio, pues, además de los resabios propios de su formación calvinista, el personaje se irá asimilando gradualmente a la corrupción moral de las sociedades latinoamericanas...


“¿Cuánto tiempo podría durar todavía esta desigualdad y esta falta de compenetración entre los millones que constituían el país y las decenas de miles que formaban la clase dirigente? Nadie parecía contemplar la posibilidad de una revolución como algo inminente, aun cuando la tormenta subterránea de la fuerza popular acogía con eco amenazante la palabra de los agitadores políticos.”


Es impresionante la cantidad de reflexiones tan críticas y acertadas que el autor desarrolla en este libro. La verdad vale totalmente la pena darle una lectura juiciosa a este libro y calibrar el mérito que tiene, no sólo dentro de la lista de buenas obras que ha producido la literatura colombiana, sino dentro del espectro de la literatura crítica de toda América Latina.


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