LA CULTURA DEL LIBRO, ¿EMPOBRECIDA?
Por: Santiago Mesa
La cultura del libro prolifera alrededor del mundo, para
comprobarlo es suficiente con mirar ciudades representativas en la producción y
divulgación de conocimiento, como Bogotá, Buenos
Aires, Ciudad de México, Frankfurt, Londres, Madrid, Medellín, París, San
Francisco o Santiago de Chile para darse cuenta de ello.
Aunque algunos sostienen que el libro es más un bien raro y
exquisito que ha caído en desuso y se encuentra en peligro de extinción, este todavía es una de
las herramientas más poderosas para acceder al conocimiento y la cultura, por
lo que debemos esforzarnos para que no desaparezca.
*Ferias del Libro en el Mundo:
Encabezando las 10 primeras Ferias del Libro en cantidad de asistentes y material disponible, está la Feria del Libro de Frankfurt, creada hace 500 años a partir de la popularización de la imprenta de Gutenberg*
Ahora, por «cultura del libro» se entiende un conjunto de
comportamientos, conocimientos, instituciones y valores que son construidos por
las comunidades de lectores y escritores que buscan mantener al libro en su
papel protagónico como fuente de conocimiento universal para los pueblos. Hacia este propósito se encaminan esfuerzos
de las diversas comunidades de lectores y escritores que se reúnen
periódicamente en espacios culturales.
Pero la construcción de una cultura universal del libro,
desde los espacios locales, enfrenta grandes retos, que no son necesariamente
negativos. Uno de ellos (bastante
positivo) es la subjetividad que marca la apreciación que cada lector hace
sobre el valor que un libro específico tiene como referente para construir
cultura. Cada lector escoge sus libros
basándose en valores propios; le da prelación a los que pertenecen a un determinado
género literario; prefiere los que están escritos en un idioma que domina mejor;
lee más a los escritores de una región del mundo y, en fin, construye una
selecta colección de libros, que integran orgullosamente su biblioteca
personal, de acuerdo a los criterios más variados.
Contrario a lo que sostienen algunos, la subjetividad
expuesta es positiva, ya que gracias a ella los lectores –que por naturaleza
son diferentes, pues son en ese sentido son seres humanos como todos– pueden
satisfacer sus gustos personales y contribuir a la construcción de una cultura
que reconozca la diferencia como un elemento enriquecedor, un incentivo para
retar y mejorar nuestra capacidad de convivir, además de contribuir a preservar
un inmenso acervo de conocimiento construido de manera plural.
Si no fuera así, si la cultura se construyera de acuerdo a
un conjunto uniforme de valores establecidos por alguna autoridad, asistiríamos
a la hecatombe del conocimiento, donde aquellos que no lograran pasar a través
del filtro de alguna subjetividad que pretenda imponerse sobre el resto correrían
el riesgo de ser borrados de la memoria de los pueblos.
No obstante, además de los retos positivos, la construcción
de una cultura del libro debe arrostrar problemas serios. Uno de ellos –que parece el más crítico– es
el acceso limitado a los libros, pues por diversas razones aquellos son cada
vez más costosos, lo que los hace inasequibles para una gran cantidad de
lectores. Y si bien adquirir un libro
físico no es el único medio para acceder al conocimiento y la cultura
contenidos en él,
sí ha sido el medio tradicional de construir una «cultura literaria» basada en
el consumo (cosa muy triste, pues se trata al libro como mera mercancía).
En ese sentido, el limitado acceso a los libros es un
problema serio, especialmente para aquellos que no pueden asumir los costos de
construir una biblioteca personal rica, variada y que esté a la vanguardia;
pues es importante que toda colección incluya, junto a los llamados «clásicos
de la literatura universal», las obras de autores contemporáneos, que se están
pensando el mundo reflexivamente en sus textos y de esa manera contribuyen a la
creación de conocimiento y cultura.
*¿Cómo está el panorama de la lectura en Colombia? ¿Se lee mucho o poco en el país?
En 2016, EL TIEMPO publicó un especial que refleja cuál es la situación en el país, a partir de los datos de la Encuesta Cultural Dane 2014.
© Copyright. EL TIEMPO.
Son precisamente esos libros –los contemporáneos, los de vanguardia– los más costosos, raros o difíciles de encontrar, junto con los de literatura académica especializada que casi siempre se elevan por las nubes. En contraposición es relativamente fácil encontrar ediciones asequibles de algunas obras clásicas, aunque estén muy manoseadas.
Además, el hecho de que sea difícil acceder a los libros
contribuye al mantenimiento de ciertas relaciones de dominación social: permite
la consolidación de una clase intelectual hegemónica y soberbia, que mantiene
su estatus excluyendo del conocimiento a las masas empobrecidas económica e
intelectualmente (incluso frustran los intentos de muchos por superar su
condición desde espacios como la Academia o la Universidad).
Dicha clase hegemónica se parece bastante a la clase de los «magos
del saber» (y la de algunos enciclopedistas) que dominó la tradición
intelectual (de Occidente especialmente) durante la Edad Media y los albores de
la Modernidad.
*¿Y cómo está el panorama de lectura a nivel global? ¿Cuáles son los países que más leen?
Según el ranking de World Culture Score Index, teniendo en cuenta el promedio de horas semanales que dedican los habitantes de un país a la lectura, los primeros puestos los ocupan: India (10, 42 h), Tailandia (9, 24 h) y China (8 h). Mientras que los últimos son: Brasil (5, 12 h), Taiwán (5 h), Japón (4, 06 h) y Corea (3, 06 h).
https://www.culturamas.es/blog/2017/06/23/los-paises-mas-lectores-del-mundo/
*¿Y cómo está el panorama de lectura a nivel global? ¿Cuáles son los países que más leen?
Según el ranking de World Culture Score Index, teniendo en cuenta el promedio de horas semanales que dedican los habitantes de un país a la lectura, los primeros puestos los ocupan: India (10, 42 h), Tailandia (9, 24 h) y China (8 h). Mientras que los últimos son: Brasil (5, 12 h), Taiwán (5 h), Japón (4, 06 h) y Corea (3, 06 h).
https://www.culturamas.es/blog/2017/06/23/los-paises-mas-lectores-del-mundo/
En conclusión, si bien no son pocos los retos y problemas
que debemos arrostrar –como parte de una comunidad de lectores y escritores– para
construir cultura en torno al libro, como herramienta fundamental que es para
llevar a todas las mentes la claridad iluminadora del conocimiento, jamás
debemos rendirnos en tan loable tarea. Además, debemos construir cultura concienciando a nuestros pares sobre
la importancia de actividades que deben ser para nosotros familiares: la
lectura y la escritura.
Cabe agregar que estas actividades pueden ser entendidas
desde dos asertos fundamentales: primero: leer y escribir bien hacen parte del
arte de pensar –como lo diría Schopenhauer–; segundo: la lectura y la
escritura, más que actividades, son los medios fundamentales para la creación y
transmisión de conocimiento desde que nuestra especie los inventó para trascender
el limitado acervo de conocimiento transmisible mediante la tradición oral.
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