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jueves, 3 de enero de 2019

Reseña: La tregua - Mario Benedetti



Ficha técnica

Título: La tregua
Autor: Mario Benedetti (Paso de los Toros, 14 de septiembre de 1920 - Montevideo, 17 de mayo de 2009)
Editorial: Debolsillo
Fecha de publicación: 2015 
Primera publicación: 1960
Páginas: 200



“Ella me daba la mano y no hacía falta más.  Me alcanzaba para sentir que era bien acogido.  Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor”.


Martín Santomé es un hombre mayor que está próximo a culminar una etapa de su vida que le ha consumido más o menos 30 años: el trabajo.  Es un oficinista de Montevideo con una vida corriente; típico tipo de clase media que ha aprendido a apreciar (y despreciar) las pequeñas cosas de la vida a través de la rutina.  Está cercano a cumplir 50 años.  La jubilación tan próxima le representa el comienzo de una nueva etapa de la vida, llena de incertidumbre y de tedio.  El tedio es para él una realidad difusa pero contundente sobre la que reflexiona constantemente durante el último año antes de jubilarse. 

Pero no es lo único que pasa por su mente. La realidad psicológica de una persona común nunca es tan simple. Asistimos al cataclismo de su vida como espectadores privilegiados, a través del diario que lleva durante este último año, lo que permite de cierta forma ser uno con su pensamiento.  Viudo (su esposa Isabel murió en el parto de su tercer hijo, cuando su matrimonio aún estaba fresco), solitario, con hijos que ya son adultos y que siente que apenas conoce: Blanca, Esteban y Jaime.  Aunque viven juntos en la misma casa él sabe que ellos tienen sus vidas muy aparte.  Piensa además en las cosas que le dan sentido a su vida: la rutina de la semana, el compañerismo y la convivencia en la oficina (y también la desidia en ocasiones), el ocio de los domingos que pareciera aniquilarlo, la soledad y la falta de una conexión verdadera con otro ser humano, etc. 

Hombre en overol - Gustave Caillebote

No obstante, sus pensamientos cambian de rumbo cuando se enamora desesperadamente de una de sus subordinadas, mucho menor que él (entre los 25 años, igual que su hija Blanca): Laura Avellaneda.  Llega a la oficina como una empleada más, y así la ve Santomé durante un tiempo.  Pero se enamora de ella y no se lo puede explicar a sí mismo.  Finalmente, se atreve a decírselo después de acercamientos previos hechos cuidadosamente.

Y así comienza el idilio entre Avellaneda y Santomé, como un amor privado y de fines de semana, encuentros cálidos y sin formalismos.  Ninguno aspira a atarse para siempre casándose y teniendo hijos.  Establecen una especie de pacto para ponderar la libertad de una mujer joven y el amor empecinado de un hombre viejo, frente a la muerte inminente que se cierne sobre uno de ellos y amenaza con separarlos.  Lo dice así Martín: “lo que estoy buscando denodadamente es un acuerdo, una especie de convenio entre mi amor y su libertad”.

Mujer desnuda sobre un diván (1873) - Gustave Caillebote






















Alquilan un apartamento para ambos, para convertirlo en una especie de refugio de la rutina de la semana, de la vida ordinaria, para cultivar un amor que entre ellos se puede llamar “doméstico”, pues se alimenta de las cosas más simples pero trascendentes de la vida, como el hacer el amor sin apuro, recorriendo cada pliegue de la piel de la otra persona; y el conocerse mutuamente y a sí mismos, explorando esos rinconcitos del alma que están llenos de las reflexiones que la vida común nos genera, que nos pasan desapercibidas la mayoría del tiempo porque al final del día no tenemos con quién comunicarlas…

Al final de la historia se hace evidente el sentido del título: se trata de una tregua, un descanso del desamor y el tedio de la vida ordinaria. Precisamente porque se trata de una tregua se sabe que no puede durar. Un acontecimiento irrevocable los separa y deja a uno de los dos sumido en la más terrible desesperanza. Cuando parecía que la vida iba a comenzar de nuevo, que los años venideros se iban a llenar de alegría otra vez, la ausencia se impone como verdad definitiva y la historia se cierra sobre sí misma mostrándonos que el amor y la esperanza son sólo escapes transitorios, que en últimas lo que se impone es el desencuentro, el vacío.

Ahora bien, decir esto del final no equivale a afirmar que el libro es sólo una muestra de la crueldad de la vida que se empeña en torturar a seres debilitados y frágiles. Al contrario, el final tiene este matiz trágico para que veamos por contraste el valor de los momentos felices y cómo se puede aprovechar la tregua. En esta novela corta y de narración simple, Benedetti inserta reflexiones acerca de la cotidianidad, de las cosas más inmediatas que nos pasan a todos como seres humanos, sobre cómo llevamos vidas ordinarias y somos protagonistas de historias tragicómicas; historias comunes y corrientes que se asemejan y a la vez están distantes entre sí, pues dentro de la cotidianidad de cada uno se puede percibir un mundo totalmente diferente.

Boulevard (1880) - Gustave Caillebote

La tregua presenta también la oportunidad de conocer cuáles son las impresiones que se tienen frente a una vida ordinaria, que compartimos todos de forma más o menos parecida, en un mundo distinto: otro país, otra ciudad, otra historia, factores todos que han determinado, en este caso, la forma de vida en Montevideo, y que no son ajenos a nuestra propia vida, a nuestro país, nuestra ciudad, etc.

En definitiva, es una historia bella, que enseña a apreciar lo cotidiano y lo mundano como las manifestaciones de lo más elevado que existe; para algunos será la vida misma, para otros el amor, para otros incluso la soledad, para otros la presencia de dios, para otros su ausencia, etc.  Darse cuenta de qué es lo más elevado en nuestra vida exige una reflexión constante sobre el sentido de todo lo que hacemos; sobre el propósito de pararnos de la cama en la mañana y salir a trabajar… Pero, ante todo, requiere que uno se pregunte sin cesar de dónde le viene el impulso de seguir vivo.

Así es como el final del libro nos deja con una pregunta fundamental que nadie puede responder por nosotros. Como lo dijo Kafka alguna vez:

“A cada ser humano se le plantean dos cuestiones de fe. En primer lugar sobre la credibilidad de esta vida, en segundo lugar sobre la credibilidad de su meta. A ambas preguntas todos responden «sí» por medio del hecho real de su vida, y lo hacen con tanta determinación e inmediatez que cabe dudar de si las preguntas han sido comprendidas correctamente. En cualquier caso, cada cual tiene que abrirse paso hasta su propio sí fundamental”


*GUSTAVE CAILLEBOTE

Autorretrato (1892)


Nacimiento: 19 de agosto de 1848, París

Fallecimiento: 21 de febrero de 1984, Gennevilliers

Movimiento: Impresionismo

Campo: Pintura

Influencias: Claude Monet, Pierre-Auguste Renoir, Camille Pisarro

Reseña: Pintor francés contemporáneo al movimiento impresionista y amigo personal de tres representantes ilustres del movimiento (Monet, Renoir y Pisarro). Contaba con un abundante patrimonio económico heredado de su familia, por lo cual no pasó las mismas angustias que sus colegas y no se vio obligado a vender sus cuadros para subsistir. Esto le permitió, en cierta medida, desarrollar un estilo más íntimo y sereno, impregnado por el Impresionismo, aunque también con elementos realistas. En sus pinturas se centró en temáticas como la melancolía, la soledad, la nostalgia y la vida silenciosa.

Debido a su fortuna, también destacó en la escena del arte francés como mecenas, es decir, como patrocinador de los nuevos pintores emergentes. Así fue como, gracias a Caillebote, artistas renegados en la época (era el tiempo del realismo y el academicismo en la pintura) como Monet y Renoir pudieron financiar sus primeras exposiciones en París.

El mismo Caillebote empezó siendo realista, ligado a la pintura de Courbet y Millet, pero luego se enamoró del lenguaje pictórico del Impresionismo, tan cargado de luz y color. Los cuadros más representativos de su estilo representan el escenario urbano de París, así como capturas de la vida doméstica. Esto le permitió retratar tanto a la burguesía en sus plácidos momentos de ocio, como a la clase obrera en sus ocupaciones y preocupaciones. 

Todocuadros: https://www.todocuadros.com.co/pintores-famosos/caillebotte/

Historia-Arte: https://historia-arte.com/artistas/gustave-caillebotte

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